Cómo dejé la Coca-Cola Light, mi vicio favorito

Acabo de leer un artículo de la escritora Mary Valle, en The Guardian, titulado «Cómo dejé la Coca-Cola Light, mi vicio favorito».

Me gusta la forma que tiene la autora de explicar la relación entre mensaje, producto y consumidor y como arremete contra aquello que genera sentimiento de culpa. Las tácticas psicológicas que emplean algunas compañías para promocionar sus productos potencian mucho sus ventas (si no, no lo harían) pero en muchos casos son perjudiciales para personas emocionalmente vulnerables. Y que yo sepa, en mayor o menor medida, todos somos permeables a los estímulos que circulan por nuestro entorno, sean intencionados o no. Y hasta cierto punto, vulnerables,

Me he permitido la libertad de traducir el texto al español (espero que no haya grandes errores) para poderlo compartir con los lectores de mi blog. Gracias por escribir tan bien, Mary Valle.

Por cierto, no es la primera vez que la compañía de refrescos con sede en Atlanta protagoniza un post en elPiscolabis:  Coca-Cola y su estrategia de ventas en Nueva York


How I quit Diet Coke, my favorite vice

Cómo deje la Coca-Cola Light, mi vicio favorito

Cuando hace poco me enteré de que las tripas tienen sentimientos, también, me empecé a preguntar cuáles son sus mejores días, y a escuchar con más atención sus gritos. A veces son bastante directos -una hinchazón que dice: «por favor, no comas esa harina de avena» o un retortijón que dice «eso que haces no es una buena idea».

Sentí que necesitaba consumir Coca-Cola Light (Diet Coke). Bebo una buena cantidad, al menos una botella de 1/2 litro al día, o dos. Pero entonces un pensamiento, proveniente del sinuoso vecino de abajo, el intestino, se infiltró en mi cerebro.“Deja la Coca-Cola Light”, dijo. ¡Ya sabes de que estoy hablando!

Yo ya lo sabía. Otras veces ya había intentado dejar la Coca-Cola Light, pero siempre ponía toda clase de excusas. Es mi único vicio, lloriqueaba. Es muy difícil. No me lo puedo plantear en estos momentos.

Pero pienso en todas las razones por las que me gustaría dejar la Coca-Cola Light. No quiero afrontar tener latas y botellas vacías a mi alrededor -me hace sentir como una borracha. Esta destruyendo mis dientes. Se dice que Coca-Cola Light provoca todo tipo de problemas cerebrales y en las articulaciones y tal vez incluso algún tipo de cáncer.

Me pregunté, «¿cuáles son los beneficios del consumo regular de este agua tan cara e infecta?» Esas pequeñas pausas que se asocian con una sensación de descanso o alivio. Generar una identidad, superficial, a través del uso de la marca. «¿Eres bebedor de Coca-Cola Light?  Yo también». Compañerismo. Ese pequeño placer que sientes porque Coca-Cola Light está siempre a tu disposición.

¿Por qué comiendo zanahorias baby o bebiendo un simple vaso de agua no se desencadenan las mismas sensaciones?

Creo que es porque Coca-Cola Light tiene un lado oscuro. A pesar de que la imagen de la bebida que nos venden es divertida y sexy, Coca-Cola Light en realidad es así.

«Otras personas admitirán con tristeza que también han tratado de dejar de consumirla, pero Coca-Cola Light no se lo ha  permitido.»

En realidad, no tiene buen sabor. Puede hacerte eructar. ¿Es bonito estar bebiendo refrescos durante todo el día? No lo es. Oigo ese  burbujeo que dice «me gusta hacerme daño tomando malas decisiones»martilleándome constantemente. “Puede que esta vez tenga buen sabor. Tal vez realmente será refrescante.»

Coca-Cola Light promete mucho, pero ofrece poco. Una bebida para hacer “dieta” se supone que debe ser un dulce libre de culpa. Sin calorías y todos contentos. Pero Coca-Cola Light puede hacer que sus consumidores se sientan culpables, considerando que tal vez algo no está bien en tu cuerpo, cuando se desliza hacia tus profundidades. Es curioso que esté en la categoría de «artículos no alimentarios» (creo que no es así, N.dT.) -lo mejor, pudrir los dientes y engordar; ¿lo peor? ¿Quién sabe?. Coca-Cola usa algo decente (agua) y lo estropea, es llamada «la cosa real» (traducida en España como “la chispa de la vida»- N.dT.) y se exporta por todo el mundo. Tengo un amigo que llama a Coca-Cola “el oscuro agua del imperialismo».

De todos modos, ¿por qué ahora estamos todos tan sedientos? Antes, la gente solía beber cada día dos tazas de café y un whisky para hidratarse. Y estaban bien. A veces pienso que nos hemos convertido en grandes niños (me incluyo) que necesitan cargar constantemente con botellas de agua y refrescos light.

No obstante, algo tenía que reemplazar a mi querida Coca-Cola Light. No podía abandonarla de golpe. Así que pasé a utilizar mi máquina de hacer agua con gas. No miento al decir que este tratamiento con agua carbonatada es, aproximadamente, un millón de veces mejor que la Coca-Cola Light.

Voy a ahorrar mucho dinero. Coca-Cola Light cuesta alrededor de 1€ por litro. El agua de mi grifo cuesta alrededor de 0,005€ por litro.

«No hay una cantidad precisa de alimento procesado que por el hecho de estar etiquetado como «libre de» lo haga más saludable para ti «. Marion Nestle

¿Cómo de bien me encuentro después de dejar la Coca-Cola Light? Físicamente, más o menos igual. Mentalmente, me siento más tranquila y sin aquella molesta sensación de «tal vez debería parar en algún sitio y comprar una Coca-Cola Light». No tengo los antojos insanos de azúcar. Pensaba que los antojos más habituales ya eran parte de mi personalidad. Me encuentro más segura y exitosa desde que he recuperado una parte de algo que no me había dado cuenta que había perdido: el respeto por mí misma.

Sin duda, a una gran cantidad de los consumidores de Coca-Cola Light (Diet Cokers) les llamará la atención que diga que no es una bebida saludable. Algunos harán chistes incómodos. Otros admitirán con tristeza que también ellos han tratado de desengancharse, pero Coca-Cola Light no se lo ha permitido.

Pero en realidad no están hablando de Coca-Cola Light. El deseo es real, sí. Pero es más que eso -continuar haciendo cosas que uno no quiere hacer, pero que siente que debe hacer, pero que en realidad no tiene que hacer. Ese es un auténtico pensamiento destructivo.

Y, también, resulta que la Coca-Cola Light es horrible.


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