Alan Levinovitz es profesor de religión en la James Madison University, en Harrisonburg (Virginia, USA). Experto en temas tales como Pensamiento en China clásica, Filosofía del juego y Religión y medicina. ¿Cómo di con Alan? Por Twitter. Tal como sudece tantas veces en la vida, la búsqueda a veces te lleva a encontrar cosas inesperadas.
¿Cómo se utiliza un género literario para convencer de que algo es verdadero o falso? Alan analiza la manera en la que cualquier fenómeno cultural o religioso usa de los cuentos y las fábulas, de los mandamientos, de las revelaciones…, para evangelizar. The gluten lie es su última obra y habla de la manera en que funciona la evangelización en postulados alimentarios.
Por suerte para mi, Alan estuvo viviendo un año en Sevilla. Su castellano oxidado (como dice él) es mucho mejor que mi paupérrimo inglés. Así es fácil mantener una interesante conversación sobre religión, ciencia y nutrición. Es una persona muy cordial y con un sentido del humor extremadamente fino.

La mentira del gluten y otras falacias que conviene ir explicando. Alan Levinovitz nos ayuda a poner las cosas en su sitio.
Alan, ¿qué es una religión?
Si pudiera definir lo que es un religión sería muy famoso. Lo intentaré. Es un sistema de autoridad que usa rituales para establecer lo que es verdadero y falso, y que sentencia lo que está bien.
Los rituales no solo son usados en la religión, también en la familia, con los amigos, en el deporte, en la política…, en la intimidad, con nosotros mismos. Incluso en disciplinas de la ciencia más escéptica, o en la economía, los rituales no han desaparecido. Se han transformado, eso sí.
elPiscolabis: según mi entender las religiones surgen como una necesidad de regular la compleja sociedad humana cuando sobrepasa cierto tamaño y el control sobre el individuo se hace más difícil, utilizando las emociones como base. El poder político utiliza aspectos más tangibles para ejercer el control.
Para los creyentes religiosos, la ciencia se puede equivocar, pero su dios o dioses nunca lo pueden hacer. Los científicos verdaderos son muy humildes y no sentencian, dejan siempre abierta una puerta a la duda: pienso que es así (pero me puedo equivocar…). Está demostrado que la ciencia (por suerte) se equivoca y puede rectificar sus postulados. La religión no lo hace o si lo hace es de una forma prácticamente inapreciable.
Pero la ciencia se asienta en unos principios bastante inamovibles, ¿no? Y hay científicos que también actúan a veces como evangelistas del conocimiento, ¿no? Reflexionemos sobre estos paralelismos. Pensemos en que, a veces, a la hora de transmitir conocimiento o religión, es más importante la forma de comunicar un discurso que el propio contenido.
elPiscolabis: Alan me explica que tiene un muy buen amigo que se parece bastante a mi (él sin barba), que es el filósofo más inteligente que conoce. Me afeitaré la barba, a ver si aumenta mi sabiduría e inteligencia. El amigo filósofo de Alan defiende la opinión de que discurso y contenido es igual de importante. Alan opina que la forma de comunicar el discurso es muchas veces más importante.
Los religiosos denominan a lo que va en contra de sus postulados satán o demonio. El tono del libro que he escrito lo definiría como escéptico y evangelista, y en ocasiones puede descalificar a otros postulados que no considero correctos. Para mi es un poco incongruente menospreciar opiniones diferentes. Exponer una opinión de orden superior, descalificando al resto de opiniones de orden inferior, eso es violencia. The gluten lie es un libro escéptico, evangelizador y un poco violento.
Si quieres ser malo, y burlarte de otras opiniones, de alguna manera debes ser irrespetuoso con tu propia opinión. Si quieres ser un cabrón con los demás, primero debes ser un cabrón contigo mismo. En mi libro soy un cabrón con los demás pero no conmigo mismo. Me respeto mucho.
En USA somos muy sensitivos, y nos creemos los mejores del mundo en muchas cosas. El problema es que cuando mejor concepto tienes de ti mismo, menos flexible y tolerante sueles ser con los demás y menos aguantas las críticas o las burlas.
Alex: personalmente he sido educado en la religión católica, de una forma muy tibia, sin estridencias. Y ahora estoy descreído. ¡Todos los ex-católicos dicen eso! -comenta airadamente Alan- (risas).
Me gusta el Papa porque usa un FIAT. Porque ha cambado los símbolos que usa a nivel personal. Ha cambiado su forma de dar el discurso, pero sigue siendo católico. En USA hay gente que ve la imagen del Papa y se pregunta por qué se opone al aborto. Resulta que aunque vaya en un FIAT, sigue siendo católico.
Los medios de comunicación, ¿informan o desinforman sobre salud?
Los medios quieren vender periódicos, o sumar clics en internet, eso es un hecho. Los titulares atraen a los lectores. Resumir el complejo enunciado de un estudio nutricional en una sola y corta frase es imposible. No hay nada malo en ser sencillo, claro y accesible. Pero creo que cuando se fuerzan temas muy complejos en formas demasiado simples, se incurre en un tipo de mentira. Los titulares son para cuentos de hadas, para parábolas o dichos. Pero resulta que un dicho no te puede describir un estudio de nutrición. Lo que hacen algunas personas es convertir a la ciencia, compleja e incierta, en un dogma, casi como la religión. Por ejemplo, ¿quién no ha leído alguna vez artículos tipo las 8 reglas para comer bien, los 7 alimentos malvados que te provocarán cáncer o los 10 alimentos que te inducirán una larga y armoniosa vida? Los medios van llenos de estos mensajes.
Así es más fácil para mucha gente, puesto que no se tiene que pensar ni decidir. Se aplica la normativa y punto. Hay personas para la cuales ser escéptico es increíblemente difícil, no pueden. ¿Hoy qué debo comer? ¿Qué le debo preparar de comer a mi hijo? ¿Este alimento me va a matar o no? ¿Por qué la gente engorda? La mayoría de científicos, los serios y responsables, te darán un respuesta pero no con certeza absoluta. Te dirán, modestamente, que no tienen una respuesta con plena exactitud.
Decir en un titular “la carne te mata” es absolutamente ridículo. Es una simplificación que pretende ser ciencia. Pero tampoco es un mandamiento religioso, ya que es una aseveración que viene de lo que dice la ciencia…, pero no deja de ser una afirmación que es un tipo de mentira, al producirse una desconexión entre lo que describe y lo que sucede en realidad.
El ser humano necesita revelaciones. Para la gente que no cree en dioses, las revelaciones las buscan en otras personas que ejerzan cierta autoridad sobre ellas. Y la ciencia tiene autoridad.
¿Cómo luchar contra el fenómeno revelacional?
Cada persona tiene una historia detrás que hay que conocer. Una persona que tenga obesidad y que quiera perder peso, ¿cómo llegó a ella? Una persona que de niño comió carne y le sentó mal, ¿por qué le pasó? Una persona que no toma antibióticos a partir de leer un artículo escrito por un médico considerado un referente, ¿por qué no cuestiona su opinión?
Primero, si quieres desconvertir o desprogramar a alguien debes saber por qué se convirtió. Una conversión casi siempre comienza a partir del sufrimiento. Entonces hay que saber qué ha sufrido esa persona y por qué, y hay que ofrecer una alternativa, que no sea mentira, para combatir ese sufrimiento. Cuanto más haya sufrido la persona, mayor debe ser el voto de confianza hacia el desprogramador.
Mi editor me decía: ¿pero vas a ofrecer una solución concreta?, ¿vas a proponer una dieta? Pues claro que no. La tesis de mi libro no va por ahí. No ofrezco mandamientos.
En general, ¿son más sanas las personas creyentes o las que no creen en dioses?
elPiscolabis: pienso que las personas no creyentes tienen que elaborar un discurso interno profundo y coherente con unas reglas sociales y con una forma no religiosa de entender el mundo. Estas personas tienden más al desorden y al caos que las personas que siguen unas normas religiosas, que establecen unos hábitos y unas reglas de conducta más rígidas. Creo que es más frecuente que un ateo fume, beba, coma descontroladamente o siga conductas sexuales de riesgo, que no un creyente, independientemente de la religión que siga.
El mejor filósofo del mundo, mi amigo, a quien te pareces mucho Àlex, fuma de vez en cuando, no puede evitarlo. Como es superior a sus fuerzas, y como buen escéptico, se autoconvence de que fumar no mata. Es algo increíble.
Hay otros escépticos que también actúan así, siendo poco cuidadosos con su salud. Gracias Àlex, no había asociado nunca las dos cosas: escepticismo y caos.
Para mí ser sano es fácil: hago ejercicio de forma natural, disfruto comiendo comida sana, nunca he tenido una dependencia…, bueno, sí que tuve una dependencia. Además, se inició cuando estuve en España. Fumaba más de un paquete de cigarrillos al día. Y como todo buen escéptico, me negaba a usar un libro de autoayuda (risas). Deje de fumar sin más, y hace unos 3 años, sin saber por qué, empecé a fumar de nuevo, un cigarrillo al día. Pero me di cuenta de que tenía una dependencia, y odio las dependencias. Un amigo mío, escéptico como yo, me recomendó un libro de autoayuda que le había ido muy bien para dejar de fumar. Es un libro que se encuentra en Amazon y me funcionó, pero como soy escéptico, haré una prueba a ver si realmente funciona: un grupo de fumadores que quieran dejar su hábito usarán el libro y otro grupo de control no lo usará.
Sobre el azúcar
El evangelismo más poderoso de esta última época es contra el azúcar.
¿El azúcar es malvado?, me pregunta Alan. No, le contesto rotundamente. No hay ningún nutriente ni alimento demoníaco. El problema es cuando una alimento o nutriente se muestra con demasiado protagonismo en nuestra dieta, o cuando su uso está desaconsejado por sufrir algún tipo de enfermedad y no controlamos debidamente su uso o no prescindimos de él en el caso de tener que hacerlo. Estamos absolutamente de acuerdo en esta opinión.
Sobre salud pública y alimentación
elPiscolabis: mi opinión sobre las recomendaciones generales es que, en oscasiones, la salud pública se equivoca al dar consejos demasiado generales, y no de forma más particular y contextualizada. La alimentación debe ser adaptada a un clima, a un entorno social y económico, y a unos grupos humanos que pueden ser diferentes en cuanto a su fisiología digestiva y metabolismo. Y en cuanto a su comportamiento social y cultura, claro.
Aunque existiera una dieta ideal, la más sana del mundo y buena para todos, imponerla sería algo así como un acto de dictadura mental. La alimentación también es cultura, y no estaría bien imponer un único sistema de alimentación. Eso, para mi, es violencia.
No se puede poner a todas las personas o a todos los grupos humanos dentro del mismo saco. Hay que aplicar los conocimientos de la nutrición de forma más individualizada.
Pero cuanto más sacos tienes, más ineficiente eres. Con solo un saco es más fácil agrupar a la gente para darle mandamientos.
Alan me pregunta si creo que el azúcar es adictivo. Para mi cualquier acción o sustancia que se asocie con el placer es potencialmente adictivo. Las sensaciones agradables son un refuerzo positivo sobre nuestra conducta. Hay personas que tienen más tendencia a las adicciones que otras.
¿Qué es lo mejor que han hecho las religiones por el ser humano?
Nos han advertido que el placer puede ser peligroso y hay que controlarlo. En mi libro explico que la culpa también es peligrosa. Pero que el placer puede incluso destruir civilizaciones. La religión y la filosofía son la forma que ha tenido el hombre para controlar esos mecanismos de autodestrucción.
Si razonas un poco puedes llegar rápidamente a la conclusión de que no es buena idea copular con cualquier persona que pase por delante tuyo, o comer descontroladamente cualquier cosa que te dé placer.
Saber que algo es peligroso no es suficiente. Por eso existe el castigo y otros recursos de control. Se establece una lucha entre lo que queremos hacer instintivamente y lo que debemos hacer racionalmente, en la que debemos llegar a un punto de equilibrio. La religión ha sabido encontrar los mecanismos necesarios para el control, para que haya paz entre instinto y razón.
Alan y el sistema de lógica binaria
Tienes un pensamiento muy dual, binario, al plantearte alguna de las preguntas, Àlex. Es el sistema que usan los ordenadores (0-1) y que es muy eficiente. Cuando más misterio hay detrás de una duda, más difícil es plantear el método binario para encontrar una respuesta.
Hay un juego chino que se llama Go, de lógica, de tipo ”información perfecta”, en el que no existe el azar. Pero los ordenadores más potentes aún no consiguen ganar a los jugadores más expertos. En el ajedrez, también un juego lógico, no sucede esto. El número de posibles jugadas es más limitado y un buen ordenador puede salir victorioso en una partida, incluso enfrentándose a un maestro.
Decidir si blanco o negro, si bueno o malo, si mucho o poco, es eficiente para resolver problemas o dudas. Pero el ser humano odia ser categorizado de esa manera, pues le gusta la libertad. En el arte es muy difícil discernir si A o B. Categorizar de forma binaria es muy útil para algunas ciencias, pero no tanto en la economía u otras disciplinas.
Los chamanes de la nutrición
En la dietética bien hecha no se puede categorizar de forma binaria. Por eso tienen tanto éxito los postulados absurdos y absolutamente acientíficos de algunos chamanes que tienen mucha facilidad para encandilar a la gente. No convencen por el contenido, convencen por la forma y método de su discurso. Y porque categorizan mintiendo descaradamente.
Hay chamanes muy poderosos que han dictado reglas capaces de crear una religión. Hay chamanes que saben captar muy bien cuales son tus necesidades y su propuesta simplemente habla de cubrirlas, si más. No te convierten a nada diferente, te convierten a ti mismo. Lo peligroso es que muchas veces se hace en el ámbito de la alimentación, algo de lo que tanto depende nuestra salud, a través de unas normas dietéticas basadas en mentiras científicas.
Un ejemplo de razonamiento utilizado por el chamanismo alimentario: a una persona muy obesa le preguntan ¿qué comes? y contesta: 25 barras de pan cada día. Conclusión: el pan mata. ¡Gracias chamán, me ha encantado! Ahora no comeré nada de pan, pues no me quiero morir por los efectos de la obesidad. ¡Qué fácil!
Homeopatía
Alan tiene un ejemplar original del libro de Samuel Hahnemann, el creador de la homeopatía. me lo muestra a través de la pantalla, por Skype, como si fuera un tesoro. Y me dice que le fascina el tema.
Hablamos del argumento más utilizado, incluso por personas con una base de conocimiento en ciencia o medicina no desdeñable: ya sé que no hay una base científica demostrada, pero a mi me funciona, o a mi hermana le curó la alergia. En el peor de los casos, si no funciona, mal no me hará.

Boite à sucres. Homeopatia. Aún conservo las múltiples diluciones infinitesimales encapsuladas en lactosa y sacarosa.
Mi experiencia homeopática, Àlex Pérez
Me declaro ni más listo ni mejor persona que los homeopáticos. Personalmente había probado antes la homeopatía para temas de alergias cutáneas, hace años y durante unos 6 meses, sin pena ni gloria.
Con mi hijo mayor la cosa duró más, unos 3 años. Seguía un tratamiento y control homeopático paralelamente al convencional. En sus primeros años de vida, era muy propenso a coger todo tipo de infecciones respiratorias. Empezamos (decisión de su madre y mía) a darle homeopatía para que tuviera un apoyo extra en su salud. Amigos, lecturas, otras referencias…, y como no tiene efectos secundarios, seguro que mal no le irá.
Cuando tenía una “-itis” de cierta importancia la opción del fármaco convencional (antibiótico, antitémico, cortisona,…) era la primera, recomendada por la propia pediatra homeopática. Pero las bolitas siempre acompañaban todo, tratamiento y prevención. La pediatra convencional sabía que le hacíamos “el salto” y no mostraba una absoluta aprobación, de vez en cuando ponía alguna cara rara. Pero tampoco lo desaprobaba. Si se hubiera declarado abiertamente en contra no sé cómo hubiéramos reaccionado, si rechazando su postura “no alternativa” o replanteándonos la homeopatía.
Incluso hacia encargos a personas que iban a Andorra, donde esas fantásticas bolitas de lactosa y/o sacarosa con diluciones infinitesimales de sustancias varias de académico y alternativo nombre en latín salían mucho más baratas. Que me perdonen los farmaceúticos de aquí, pero es que era un dineral el que se nos iba en caramelitos. Cuando alguien me preguntaba por la eficacia de la homeopatía, muchas veces refería el hecho de que en algunos países de Europa, su sistema público de salud subvencionaba la homeopatía junto a otras terapias alternativas. Eso era muy relevante para mi. No se si ahora, con la crisis económica asfixiando los sistemas de salud, los gobiernos de dichos países (Francia y Alemania entre otros) siguen pagando parte de los caramelos de lactosa u otros azúcares homeopáticos.
Llegó el día que el sistema inmune de mi hijo empezó a tener suficiente fuerza para mantener a raya los virus y bacterias oportunistas que hacían mella en su salud. Ahora nadie toma homeopatía en casa. Los resfriados y los mocos son los normales, las alergias siguen yendo y viniendo, y la economía doméstica se ha descargado de un gasto que, sinceramente, era prescindible.
Con mi hija las cosas fueron diferentes. De pequeña no enfermaba tanto. Y sin darle megadosis homeopáticas.
¿Y la acupuntura?
Cuando más exótica sea una terapia, mejor. Los chinos son los mejores en las terapias místicas. No hay nada más cool y mágico que un terapeuta acupuntor (chino o no) que en su consulta te diga: en China, hace 2000 años ya se utilizaba este método. Algo tan antiguo que ha perdurado hasta nuestros días tiene que ser muy bueno. Pero yo, que soy un estudioso de la cultura y la religión china, sé que hace 2000 años las agujas de acero no existían. La tecnología de aquella época no lo permitía.
El efecto que supuestamente tiene una punción hecha por un acupuntor es indiferente del lugar donde se haga. Es este caso tenemos dos opciones: o el acero es terapéutico de por sí (creo que no es el caso) o la terapia funciona para algunos problemas debido a la sugestión y la predisposición a querer solucionarlos. Pero fíjate: el método de las agujas perforando delicadamente tu piel en cualquier punto del cuerpo funciona mejor que la ingesta de alguna píldora placebo. Es muy interesante. Es probable que la acupuntura tenga un mejor efecto que una píldora placebo debido a que lleva asociado un ritual.
Los usuarios de este tipo de terapias o dietas se suelen enfadar cuando explicas estas cosas y cuestionas la eficacia real de los tratamientos o planteamientos dietéticos. Les estás cuestionando la razón de su fe. Pero lo malo no es tener fe en un ritual determinado, siempre y cuando esté en el sistema correcto. Fe en la religión, sí. Fe en la dietética mal hecha, no. Por el mismo motivo no todos los chamanes son peligrosos. Los chamanes que pretenden ser científicos sí son peligrosos.
Especulando con el cáncer
Hablamos de que hay muchas enfermedades que tienen un origen somático, que aparecen por pensar que las tenemos y se sustentan por la mismo hecho, por creerlo. Por fe. Un hueso roto por una caída no tiene un origen somático. Un dolor muscular o una cefalea sí que puede tenerlo.
El estado de ánimo puede modular nuestro sistema inmunitario de forma directa, o de forma indirecta al descuidar nuestro estilo de vida: mala alimentación, no hacemos ejercicio, tenemos hábitos tóxicos (fumar, beber alcohol,…)
Las terapias alternativas pueden tener un efecto somático positivo y ayudar a modular, directa o indirectamente el sistema inmune. ESO NO QUIERE DECIR QUE CUREN EL CÁNCER, que nadie me interprete mal. Es un tema que se está estudiando.
Sea como fuere, el cáncer tiene mucho que ver con que el sistema inmunitario no reconoce a esas células desobedientes a las normas de convivencia de nuestro organismo y proliferan sin ningún control. O que la apoptosis (suicidio celular de autorregulación) no funcione convenientemente. Esos grupos de células con un crecimiento no controlado puede extenderse por todo el organismo y llegar a comprometer el funcionamiento de órganos vitales, hasta el punto de fallar y en el peor de los casos y en una fase terminal, provocar la muerte.
¿Disney ha hecho mas bien que mal al humanizar a los animales?
Le explico a Alan mi teoría. Creo que el ser humano está donde está debido a su posición hegemónica frente a sus competidores naturales y a acceder con cierta facilidad a una fuente muy importante de nutrientes, la carne. Es probable que haya conductas alimentarias desorganizadas, desde un punto de vista omnívoro, por efecto de otorgar a los animales sentimientos y otras capacidades propias de la especie humana.
Alan me dice: en todas las religiones hay tendencias al vegetarianismo. Creo que eso viene promovido, en cierta medida, por la humanización de los animales. Y creo que eso es bueno. El sufrimiento de un animal lo podemos empatizar. No querer que los animales sufran es tener buenos sentimientos, es positivo para el ser humano y la sociedad en la que habita. Muchos animales tienen cara y expresan sufrimiento, y tienen familia, hijos,…, y eso es como un espejo para nosotros.
Alan espeta: ¡pero odio a Disney por crear a Frozen! Mi hija la adora y está obsesionada con ella (risas). Hablando en serio, las princesas Disney replican un modelo sexista que no es nada bueno para la igualdad de género en los niños. Alan es estudioso de los cuentos de hadas, sabe mucho de eso.
¿Por qué en China se come todo lo que camina o corre, vuela o nada?
Quizás por necesidad, por hambre. En China hay lugares donde se comen las cucarachas. Cuando estuve por allá comí carne de perro y escorpión. Soy muy intrépido a la hora de probar alimentos extraños a mi cultura. Pero con las cucarachas no pude.
Aunque hay otras culturas del mundo en las que aún sin haber una abundancia alimentaria, tienen muchos más tabús alimentarios. Le preguntaré a Rachel Laudan, una buena amiga y experta en historia de la alimentación y la cocina…, creo que me dará muy buena información al respecto. (Rachel es la autora de este fantástico libro: Cuisine and Empire)
¿Por qué el título The gluten lie? Hablemos del libro
El titulo fue una idea de la editorial, para crear controversia. En el libro hay un capítulo de introducción a las teorías que voy a utilizar, cuatro capítulos donde hablo principalmente del gluten, el azúcar, la sal y la grasa, uno de conclusiones y una sorpresa, que no todo el mundo entiende, ¡te aviso! En el libro se tocan muchos aspectos que generan discusión. Se cuestiona el propio escepticismo.
Esta próxima primavera la editorial Planeta publicará en castellano The gluten lie. La traducción del título será probablemente “La mentira del gluten”.
Sobre el gluten se han llegado a decir verdaderas sandeces: que es causa directa de la obesidad (dependiendo de la cantidad de hamburguesas que comas con él dentro, claro), de la depresión e incluso del cáncer.
En el libro se analiza muy bien cómo evolucionó el caso del glutamato monosódico. El “síndrome del restaurante chino”, se denominó en su día. Un caso curioso de como la ciencia y la comunicación, mal coordinadas y/o manipuladas, pueden provocar un caos tremendo y desvirtuar la realidad.
En su día al glutamato se le acusaba de causar TDAH, autismo, SIDA, ELA, Alzheimer…, Cuando hubo una respuesta oficial sobre estas acusaciones, basada en la evidencia científica, muchas personas se enrocaron en la posición de “seguro que hay intereses por el medio, como en su día sucedió para defender el negocio de las tabaqueras”.
En el libro se habla del miedo a la modernidad y como, sin fundamento, se cuestiona la atención médica. Y como muy habitualmente, también se cuestionan los consejos nutricionales que se dan a la población, proponiendo alternativas, a veces poco o nada saludables. Los gurús de las dietas y los vendedores de suplementos o creadores de alimentos de diseño, aptos para el nuevo consumidor crédulo/incrédulo, campan a sus anchas.
Una de las ideas de las que se habla en el libro de Alan Levonovitz es la de que la cocina (la despensa y la nevera) no la abastece ningún asesino silencioso. Somos nosotros mismos los responsables de nuestra alimentación y, en general, tenemos buenas opciones a nuestro alcance.
Merece la pena tomar buena nota de todo esto. Estoy ansioso esperando a que se publique La mentira del gluten – The gluten lie
Junio de 2016. Ya se puede encontrar La mentira del gluten, edición traducida al español de The gluten lie. Un libro que dará mucho de que hablar.
«Los deseos internos de escapar de la muerte y la enfermedad nos hacen adular servilmente a los evangelistas de las dietas».
«Una vez tras otra, las dietas científicamente «probadas» han demostrado ser falsas y tontas».
Alan Levinovitz, La mentira del gluten.
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