Enrique Dans es una de las personas que más sabe de TIC y de sus aplicaciones en nuestro país. Eso no le exonera de tener que cuidar de su salud. Un buen día decidió que quería cambiar sus hábitos, pues su estilo de vida no era tan saludable como debería. Y lo consiguió. ¿Cómo?. Gracias a la propia voluntad y la ayuda de la tecnología, como no.
Supe de Enrique a través de su libro «Todo va a cambiar«. Se trata de un riguroso trabajo que puede encontrarse en formato digital y en papel, y que también de forma gratuita en su blog. En el libro se habla en profundidad de muchos temas que explican como las TICs (Tecnologias de la Información y de la Comunicación) nos están cambiando la vida. Y nos la cambiarán.
En el área de salud no podría ser de otra manera. Las TICs nos dan un soporte impresionante en nuestra labor sanitaria. En mi ámbito profesional, la dietética y la actividad física, las aplicaciones tecnológicas me ayudan a gestionar la consulta y a comunicarme con el paciente. También a monitorizar la actividad física y la dieta de mis pacientes. Y a medir complexiones.
En mis tiempos de estudiante teníamos una triste asignatura de informática donde nos enseñaban a uso de Excel para hacer cálculos nutricionales de recetas, o para desarollar propuestas dietéticas. Poca cosa más. Ha llovido desde entonces. Ahora en la universidad también hay que formar, entre otros temas digitales, a moverse en el prolífico e incierto mundo de las Apps, y a utilizar las infinitas posibilidades que nos ofrecen las plataformas de las redes sociales para hacer una buena promoción de la salud.
En un ámbito en plena evolución como es la tecnológia aplicada a la salud, es necesaria la existencia de entidades como la que tenemos en Catalunya, TicSalut. Esta fundación impulsa el desarrollo y la utilización de las TIC y el trabajo en red en el ámbito de la salud, hace de observatorio de nuevas tendencias, innovación y seguimiento de iniciativas emergentes, y ofrece servicios de normalización y homologación de productos.
Enrique Dans tiene un currículum brillantísimo: licenciado en biología, MBA, doctorado en sistemas de información,…, y mucho más. Pero lo más admirable, es que no para de aprender y de enseñar. Personalmente le sigo en su faceta de investigador y divulgador, estudioso de los efectos de la tecnología sobre las personas, las empresas y la sociedad en su conjunto. La tecnología hay que aprender a usarla. Con esa excusa, Enrique nos abre las fronteras del conocimiento de este cambiante mundo. Os recomiendo que sigáis El Blog de Enrique Dans. Publica una entrada cada día. Pura constancia. A todo aquel que esté interesado por la revolución digital, le aconsejo que le siga.
Coincidí con Enrique Dans en Madrid, en la presentación de uno de los productos de Fitbit, de un dispositivo cuantificador del estilo de vida. Hablamos brevemente y me explicó lo útil que fue para él afrontar su sobrepeso (puede ser que obesidad incipiente) a parte de con la imprescindible dieta y plan de ejercicio, con un dispositivo que mide y registra «cómo de activo te portas», «cómo de bien comes» y «cómo de bien descansas». Todo eso, y más, en una muñeca a modo de reloj-pulsera y controlado desde un smartphone, tablet u ordenador.
Hace unos meses tuve la suerte de que Enrique me hiciera un hueco en su infernal agenda para contestar unas preguntas, de hábitos de vida (dieta, actividad física,…) y de otros temas. El resultado de ello, a continuación. Ha sido un placer dar a conocer un poco más su trabajo y su estilo de vida.
Entrevista a Enrique Dans
El Piscolabis: Describe la alimentación que sigues un día normal, con horarios.
Enrique Dans: Desayuno fuerte y con muchos productos específicos para mantener los niveles de colesterol bajo control, tengo mucha tendencia a que se dispare. Habitualmente, unas tostadas de pan casero o un bagel con mucha mantequilla Pro-Activ, un Danacol y una taza grande de leche con Omega 3 y nueces, que me encanta como sabe.
Comida sin demasiadas restricciones. Soy de muy buen comer, me gusta todo, y tengo una especie de obsesión por dejar el plato completamente limpio.
Cena: exclusivamente fruta, un par de piezas o tres. Me cuesta, porque a veces cuando me voy a la cama ya tengo hambre otra vez, pero es lo que más siento que me controla el peso.
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EP: Describe tu rutina de deporte (si lo haces) a lo largo de la semana.
ED: Por la mañana, mientras desayuno, cuatro tandas de cincuenta flexiones de suelo y algunas repeticiones de pesas, por mantener el tono. Por la tarde o tarde/noche, procuro salir a caminar en torno a una hora. A lo largo del día, intento simplemente ir a todo sitio que esté razonablemente cerca a pie y no utilizar ascensores salvo que sea más de un octavo piso.
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EP: ¿Crees que llevas un estilo de vida activa (subes escaleras, caminas en tus desplazamientos, usas la bicicleta por la ciudad, realizas tareas domésticas, sacas a pasear el perro,…)
ED: No uso bici porque tuve tantas caídas con ella cuando era pequeño, que si la usase ahora, que ya no «reboto» tanto y «me rompo» más fácilmente, estaría lesionado todo el tiempo. Es la misma razón por la que procuro no correr, aunque hay veces que parece que te lo pide el cuerpo, y me conformo generalmente con caminar a paso muy rápido, todo lo rápido que puedo sin llegar a correr.
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EP: ¿Crees que un cuantificador de la actividad física y de otros parámetros de salud (descanso, dieta, RC, TA, etc…) puede ayudar a mejorar la salud de las personas? ¿Utilizas o has utilizado alguno? Explícanos tu experiencia.
ED: Para mí es fundamental. En la diferencia entre hacer las cosas «por intuición» y con pleno conocimiento está la verdadera eficiencia. Me he pasado media vida intentando controlar algo la dieta y el ejercicio, y hasta que empecé a utilizar dispositivos de cuantificación, nunca tuve resultados tan sostenidos. Cuando empecé con Fitbit, por ejemplo, estaba en 98.6 Kg. y me cansaba con facilidad en cualquier escalera. En cuatro meses con él, me había puesto en 83 y con un 16% de grasa, y llevo desde entonces – hace ya casi tres años – en esa misma cifra. En la primera fase me ayudó muchísimo ir introduciendo mi alimentación en el sistema, pero una vez que alcancé mi objetivo de peso, dejé de hacerlo y no noté demasiado descontrol. Con el ejercicio, en cambio, sí. Si dejo de controlarlo y de tomarme mis diez mil pasos al día como objetivo, veo rápidamente como mi peso vuelve a amenazar con subir.
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EP: ¿Qué fruta te gusta más?
ED: Yo soy de los que empezó a comer fruta muy tarde, y cuando digo tarde, me refiero a bien pasados los 35. No me gustan nada las frutas tropicales con la excepción de la piña, y tiendo a comer pocas frutas rojas, pero el resto, me gustan todas. Si tuviera que elegir alguna diría que mi favorita es la pera, pero suelo tomar también manzanas, kiwi, ciruelas, paraguayas, melocotones, albaricoques…
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EP: ¿Cuál es tu plato preferido?
ED: Me encanta comer, como realmente de todo, pero déjame solo delante de un plato de queso y ya puede pasar de todo por delante, que no levantaré la cabeza del plato. Adoro todos los tipos de queso. Pero también me encanta la cocina de cuchara, y soy incapaz de decir que no a platos tan contundentes como el cochinillo o el codillo. En general, considero la comida parte de la cultura, y trato de probar las cosas más típicas de los sitios a los que voy, sean lo que sean. Lo pruebo todo. Ah, y tengo una especie de obsesión enfermiza con el picante, que me lleva incluso a cultivar mis propios chiles! 🙂
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EP: Como experto en sistemas de información aplicados a los negocios que eres, ¿qué le dirías a los dietistas-nutricionistas, médicos y otros profesionales de la salud para que vendieran mejor su producto, la salud y el bienestar?
ED: Creo que todos los nuevos aparatos asociados al control personal de la salud pueden ser muy buenas herramientas para que los profesionales convenzan a sus pacientes de seguir dietas y planes de alimentación y ejercicio personalizados. Si consiguen integrarlos en las rutinas de sus pacientes y hacerles ver que son divertidos, que realmente ayudan a mantener el control, que pueden incluso suplementarse con estímulos sociales y que son una excelente ayuda, todos saldrán ganando.
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EP: Si puedes elegir, que prefieres, ¿un paseo en bici o una buena caminata?
ED: Caminata, sin duda.
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EP: ¿No crees que el Camino de Santiago es uno de los mejores inventos del mundo? Permite compatibilizar el turismo gastronómico del norte de España (que no es poca cosa en lo que a calorías se refiere) con un estilo de vida activa -20-25 Km de caminata al día- y aún así sueles adelgazar. 😉
ED: Es sin duda muy estimulante. Pero después de vivir unos cuantos años en Santiago, lo ves de otra manera…
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EP: ¿Te gusta más la Nutella o la Nocilla?
ED: Ninguna de las dos. la verdad, no es el tipo de capricho gastronómico que me pierde. Prefiero un buen puñado de avellanas tostadas o unas onzas de chocolate, mejor cuanto más negro y más puro.
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EP: Qué crees que es mas fácil de cambiar, ¿una alimentación inadecuada o un estilo de vida sedentario?
ED: La verdad es que es muy difícil cambiar cualquiera de las dos cosas porque suelen aunarse factores culturales, hábitos arraigados y cuestiones que consideramos parte de nuestra identidad. Lo fundamental es introducir cambios que te permitan replantear esos hábitos, y para ello, la cuantificación es un aliado fundamental.
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EP: ¿Cuál crees que es el problema para que a día de hoy no se pueda obtener la historia clínica electrónica de una Comunidad Autonómica a otra? ¿Técnicamente es tan complicado que los sistemas informáticos de las diferentes autonomías puedan ser compatibles y compartir sus datos?
ED: ¿Complicado? ¿Quién ha dicho que sea complicado? Es cuestión de voluntad política y, precisamente, de no hacer las cosas más complicadas de lo que realmente son.
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EP: ¿Cuántas hora duermes al día? ¿Tomas café u otras bebidas estimulantes?
ED: Durante mucho tiempo, demasiado, dormía cuatro horas diarias. Físicamente envejecí a una velocidad tres o cuatro veces mayor de la que me correspondía. Aunque aún hay días o temporadas en que vuelvo a las andadas, porque soy la mar de activo y dormir no es algo que me guste especialmente, procuro obligarme a llevar otro ritmo y estar entre las 6-8 horas diarias. Soy un hombre nuevo.
Tomo café, pero porque me gusta, y no todos los días, ni siquiera lo hago en el desayuno, sino después de comer. Y me encanta el té verde, tengo un montón de variedades, y a veces pienso que me van a parar en alguna frontera cuando vengo de algún viaje y van a pensar que en vez de las cantidades de té que suelo traer, es algún otro tipo de «hierba» 🙂
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EP: Si tienes dónde elegir, ¿cual es tu opción de bebida?
ED: Algún buen vino.
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EP: ¿Conoces este video del Dr. Mike Evans, “23 horas y media”? ¿Quieres opinar al respecto?
ED: No, no lo conocía, pero parece bastante alineado con lo que hemos comentado.
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EP: ¿Crees que se utilizan de forma adecuada las redes sociales para difundir mensajes de salud?
ED: Creo que lo fundamental es entender el tema como algo natural, como una proyección de la actividad de la persona. Las redes pueden servir como retroalimentación, como estímulo, como reto, y pueden ayudar muchísimo, pero siempre planteándolo de manera natural, como una parte de la comunicación habitual.
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EP: No sé si tienes hijos…, ¿desayunas o cenas con ellos? ¿Practicas deporte o ejercicio físico con ellos?
ED: Tengo una hija de veinte años, y desde hace muchos años ceno con ella a diario. Tengo la suerte además de que muchos días puedo desayunar y hasta comer con ella también. En este sentido, soy un privilegiado, tengo horarios muy flexibles y aunque trabajo muchas horas, puedo plantearme mis rutinas con mucha flexibilidad.
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EP: Cuando comes en casa, ¿quién planifica tus menús?
ED: Mi mujer, que es la artífice de que las horas de comer sean muy importantes en casa. Es raro, por no decir imposible, que si los tres estamos en casa, alguno pueda escaparse de la mesa familiar.
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EP: Si comes fuera de casa, sigues alguna estrategia para hacerlo de forma saludable, o te dejas llevar simple y llanamente por tus apetencias?
ED: No, ya que tengo que salir a comer fuera, procuro disfrutar de ello.
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EP: Un consejo(s) para que los lectores se decidan a cambiar su estilo de vida y mejorar su salud.
ED: Para mí, la clave estuvo en la cuantificación. Creo que el plantearse las cosas con rigor en base a unos datos objetivos ayuda muchísimo a enfocar los cambios con eficiencia, con la necesaria seriedad, pero sin caer en comportamientos obsesivos.
Comentarios
La tecnología ayuda a la cuantificación, a medir nuestro esfuerzo y a controlar el efecto que nos produce en el organismo. Cambiar rutinas, costumbres, lo que llamamos hábitos de vida, requiere de una estrategia. Par ello debemos utilizar nuestra inteligencia racional y emocional. Pero sobre todo debemos ser constantes. Objetivo SMART.
En nuestra estrategia podemos incluír la ayuda tecnológica. En el mercado existen dispositivos súmamente útiles para reforzar nuestra conducta saludable. Hay dispositivos pensados para motivar y darnos seguridad, capaces de enviarnos mensajes al móbil, tanto de felicitación si las cosas van bien como de ánimo si no van tan bien, incluso de decepción si nos estamos desviando demasiado de los objetivos programados. Capaces incluso de crear una comunidad de usuarios con un objetivo similar al nuestro. Socializadores. Eso es fenomenal.
Hasta la aparición de estos dispositivos cuantificadores, lo que hacíamos era abrir un registro en una libreta y apuntábamos los datos proporcionados por un sencillo podómetro sobre lo que caminábamos cada día, y anotábamos lo que comíamos. Esa ayuda era súmamente útil. Ahora la tecnologia nos ayuda a monitorizar y a socializar nuestro estilo de vida. Genial.
Es una buena decisión contar con la ayuda de un dietista-nutricionista que nos ayude a diseñar nuestro plan alimentario, o con un experto en ejercicio físico que nos asesore de cómo activarnos. La tecnología nos puede ayudar muchísimo, pero en los temas que se refieran a nuetra salud, recurrir a consejo profesional es lo más razonable. La ilusión por cuidarnos y mejorar nuestra salud es lo que más vale. Pero debemos hacerlo con buen criterio. Empoderamiento con conocimeinto de causa.
Los hábitos individuales se crean y refuerzan en el ambiente de la tribu. Enrique desayuna y cena en familia, con su mujer y su hija. Eso no se debería considerar un privilegio. Debería ser una norma de obligado cumplimento, bajo juramento, al inscribir a nuestros hijos en el registro civil y hacerlos constar en el libro de familia. Si no, no hay Libro de Familia. ¡Es una broma!. Seriamente, la educación en salud se debe realizar desde la propia familia. No podemos responsabilizar siempre a la sociedad (escuela, sistema sanitario, industria alimentaria, etc…) de nuestros males. Tenemos mucho más poder del que nos pensamos para cuidar de nuestra salud. Debemos ser conscientes de dicho poder y utilizarlo de forma adecuada. Cuidarnos y cuidar de nuestro entorno.
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voy a seguirle durante un tiempo … a ver.
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