Vivimos inmersos en la cultura del vino, de la cerveza y otras bebidas alcohólicas. A veces es difícil discernir entre qué es beber con moderación y qué es beber en exceso. ¿Dónde hay que establecer el límite?
Teóricamente, beber demasiado es consumir un volumen de bebidas alcohólicas tal que se aumente el riesgo de sufrir consecuencias negativas (física, psicológica o socialmente) a corto o a medio plazo. El límite entre beber con moderación y con exceso está en 28 UBE (unidades de bebida estándar) a la semana en los hombres y en 17 UBE a la semana en las mujeres. La diferencia entre hombres y mujeres se debe a las diferencias que existen en la capacidad de metabolizar el alcohol entre los dos sexos. También hay ciertas matizaciones a hacer en estas cantidades, en función de la frecuencia con la que se realice la ingesta de alcohol.
UBE / día |
UBE / semana |
UBE / por ingesta |
|
Hombre |
4 |
28 |
6 |
Mujer |
2 |
17 |
5 |
- 1 UBE = una copa de vino o cava, una cerveza (caña o botellín) o un chupito o carajillo (unos 10 gr de alcohol)
- 2 UBE = una copa de coñac o licor, un whisky o un combinado, cubata, gintónic, etc… (unos 20 gr de alcohol)
Los límites son orientativos. Si se bebe de forma regular, hay que procurar no hacerlo diariamente. Y si se hace de forma ocasional, no se deben exceder los límites de 6 UBE en hombres y 5 UBE en mujeres.
¿Cuándo se está bebiendo demasiado?
Si se cumple alguna de las siguientes condiciones, se está bebiendo demasiado.
- Al alcanzar los límites de riesgo antes descritos, que vienen definidos por la OMS en el documento Alcohol y atención primaria de la salud
- Cuando se tienen problemas de base que pueden empeorar con el consumo de bebidas alcohólicas: físicos (hepatitis, gastritis, diabetes), psíquicos (depresión, ansiedad, falta de memoria) o sociales (conflictos familiares, bajo rendimiento laboral)
- Si se es menor de 16 años, madre lactante o hay embarazo. Si se tiene que conducir o trabajar en altura o en un ambiente peligroso, o si se tienen que manejar herramientas o maquinaria.
- Si se necesita beber para relacionarse con los demás o para enfrentar dificultades personales.
¿Qué hacer si bebemos demasiado?
- Si cumplimos alguna de las condiciones anteriores, tendríamos que intentar beber menos. Si no podemos conseguirlo, deberíamos pedir ayuda. Los profesionales sanitarios de los centros de salud nos ayudaran en el cometido.
- Puede ser que necesitemos dejar absolutamente la bebida. En el caso de que el beber nos cause problemas o que alguien de nuestro alrededor nos diga que bebemos demasiado y no podemos dejarlo, podemos tener cierto grado de dependencia o adicción. En los centros de salud encontraremos la ayuda que necesitamos.
En el Canal Salut de la Generalitat de Catalunya podemos encontrar una sencilla herramienta para calcular nuestro consumo de alcohol.
Merece la pena ver el siguiente video editado por la Generalitat de Catalunya, en el que de una manera muy gráfica y amena nos explican que consecuencias tiene el consumo de bebidas alcohólicas para nuestra salud.
Ya hace años que se ha extendido por toda la geografía de España el botellón. Tolerado o no, ocasional o no, el consumo más o menos masivo de alcohol por un amplio sector de la sociedad, sobre todo joven, se ha convertido en un preocupante fenómeno sociológico, que merece tener un seguimiento especial por los responsables de salud pública.
La sociedad actual contempla el consumo de bebidas alcohólicas como un elemento más de relación, de ocio y de cultura. El botellón no es más que una evolución del uso del alcohol en la relación social. Hay muchos ejemplos del la utilización de la bebida como elemento social cohesionador, económico o cultural:
- una reunión de amigos alrededor de la mesa mientras se cena, acompañada de un vino
- las celebraciones familiares que culminan con un brindis de cava u otra bebida alcohólica espumosa
- el ocio nocturno en un bar de copas o discoteca, bebiendo combinados mientras se baila y escucha música
- los cursos de cata de vinos
- el turismo enológico
- etc..
Para situarnos sobre lo que suponen las bebidas alcohólicas en nuestro país, es importante saber el gran movimiento económico que supone. Según la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas, (FIAB) en el 2011 el sector de producción de bebidas alcohólicas facturó 9.364 millones de euros. El turismo a través de la restauración, el ocio, etc…, es uno de los puntales de nuestra economía, y también esta muy relacionado con el consumo de alcohol. Y no hay que descuidar que para las arcas del estado, los impuestos aplicados a la producción y consumo de bebidas alcohólicas, suponen una formidable fuente de ingresos. Todo pesa.
La ley y los organismos sanitarios consideran a las bebidas alcohólicas como un alimento más, aún indicando la forma y límites en su consumo. Por ejemplo, en la Guía de la alimentación saludable publicada por la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición), que depende directamente de Ministerio de Sanidad y Consumo del Gobierno de España, se incluye en sus mensajes el uso de las bebidas alcohólicas (para adultos y con moderación) por sus propiedades saludables. Ciertamente hay estudios que demuestran que el consumo moderado de alcohol es beneficioso para aspectos concretos de nuestra salud. ¿Pero el retorno en términos de salud pública puede llegar a justificar dicha promoción? Desde una perspectiva sanitaria, hay que actuar con mucho cuidado si se promociona el consumo de bebidas alcohólicas, aunque siempre se haga de forma moderada.
Comentarios finales
Según el criterio de clasificación, con el consumo de alcohol que tengo, soy un bebedor moderado. Dentro del conjunto de bebedores moderados puede haber personas que ingieran 1 copa de vino a la semana y personas que ingieran 10 copas de vino y 4 gintonics a la semana. Es probable que hacer un ajuste de esta clasificación pueda ayudar a valorar mejor los riesgos de ciertas conductas en el uso de la bebida.
Personalmente, he sido educado en la cultura del vino y no creo que llegue a tener problemas con la bebida. Pero sí que he visto a personas que, saliendo del mismo ambiente educativo y vivencial, han tenido problemas de alcoholismo.
Por cierto, este chiste que he encontrado por internet me ha dado mucho que pensar sobre cómo entiende la sociedad el problema del consumo de las bebidas alcohólicas. 🙂
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Post realizado gracias a la ayuda de la Dra. Ruberte, médico de familia en el CAP de Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona), a partir del material que proporciona la Generalitat de Catalunya en su programa «Veus el que beus? – ¿Ves lo que bebes?«