Los esfuerzos realizados hasta ahora para desarrollar productos saludables y a un precio más accesible no son suficientes. El Profesor Francesco Capozzi, de la Universidad de Bolonia, y coordinador del proyecto Chance, ha llegado a esta conclusión tras estar tres años estudiando el problema de la accesibilidad a productos alimentarios «saludables» por parte de los grupos de población europeos que se encuentran al borde de la pobreza.
Mujeres y ancianos tienen más posibilidades de estar en situaciones de pobreza. Los problemas relacionados con la alimentación que pueden tener son, la obesidad y el sobrepeso (una paradoja) y el déficit de algunas vitaminas y minerales (B12, Fe, etc…)
La industria alimentaria debería intervenir para resolver los problemas nutricionales detectados, desarrollando productos alimenticios que los corrijan, con tecnologías de bajo coste e ingredientes tradicionales. El Proyecto Chance, financiado por la UE, pretende que investigadores, tecnólogos y empresas asociadas, colaboren en este cometido por el bien de la población europea más desfavorecida.
Más información:
http://www.eufic.org/article/es/show/eu-initiatives/rid/CHANCE/
Sinceramente cuando uno cae en desgracia la salud y el bienestar estan reñidos
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De acuerdo en que las prioridades cambian, pero no por ello hay que dejar de cuidarnos. Y la responsabilidad de los entes públicos y privados (también) es proponer y disponer de medidas de protección social para esos colectivos desfavorecidos.
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