En China se ha descubierto hace unos pocos días un fraude alimentario en el que se han visto implicadas grandes cadenas de restauración de fast-food (McDonalds, Burger King, KFC, Pizza Hut, Starbucks,…)
Uno de sus proveedores de productos cárnicos, Shanghai Husi Food Co., perteneciente a la empresa norteamericana OSI ha sido denunciado en una cadena de televisión de Shanghai por vender carne en mal estado, siguiendo unas malas prácticas de seguridad alimentaria, donde no se respetaba la fecha de caducidad de la carne de pollo utilizada como materia prima y no se seguían unas prácticas higiénicas correctas para elaborar nuggets (pasta de carne de pollo empanada o rebozada y posteriormente frita).
Es obvio que se ha producido un fraude contra la leyes que protegen la salud de la poblacion y que, en este caso, regulan la fecha de caducidad de los productos alimentarios. Aún así, a día de hoy no se ha hablado de que haya habido ningún caso de intoxicación entre los clientes de dichos restaurantes. Quizás el hermetismo de las autoridades chinas tengan alguna cosa a ver, o realmente no se ha habido ningún afectado debido a la propia naturaleza de los nuggets, y que por el propio proceso de elaboración se destruya toda posible contaminación original. Pero aún así, se trata de una falta grave contra la salud pública.
Cualquier fraude alimentario puede poner en peligro la salud de los consumidores. La legislación que regula el sector de la producción y distribución alimentaria debe ser muy estricta y sancionar duramente a aquella persona u organización que infrinja sus normas.
¿Puede suceder en España o en algún país europeo?
Es muy poco probable. El Reglamento (CE)178/2002 del Parlamento europeo y del Consejo, de 28 de enero de 2002 establece los principios y los requisitos generales de la legislación alimentaria, crea la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y fija los procedimientos relativos a la seguridad alimentaria. Gracias al Centro Tecnológico Ainia por su comentario a través de twitter (@ainiatecnologia).
El reglamento ha ido introduciendo modificaciones a lo largo del tiempo a medida que se han detectado nuevos problemas y se han desarrollado más y mejores mecanismos de control. Este reglamento es de obligado cumplimiento por todos los países miembros de la CE, y cualquiera de los estados que importe de terceros países (extracomunitarios), debe asegurarse de que la normativa de seguridad alimentaria será estrictamente cumplida al introducir dichos alimentos, ingredientes alimentarios o piensos.
Los problemas y fraudes alimentarios que se destapan hoy en día tienen una repercusión muy grande debido al gran eco mediático que se hace de ellos. Y más si afecta a grandes compañías de la alimentación o la restauración, puesto que que siempre estarán en el ojo de mira del consumidor. Y no creo que se deba a que las prácticas de la industria sean peores que años atrás, puesto que los controles sanitarios son mucho más precisos y exhaustivos.
No hay que alarmarse más de lo necesario, puesto que la industria alimentaria ha adaptado estándares de higiene y de calidad que hace unos años no eran ni la mitad de eficientes y eficaces. Y hoy se actúa a un nivel de transparencia que hace unos años era impensable. Al menos aquí, en Europa.
Una herramienta que se utiliza en aras de la seguridad alimentaria es la trazabilidad. No es más que un sistema o procedimiento que, mediante la documentación adecuada, en cualquier etapa de producción, transformación o distribución de un alimento, nos permite saber la persona o empresa que manipula o suministra el alimento o ingrediente, para poder llegar a detectar el origen de un posible problema, sea cual fuere éste y actuar al respecto.
La seguridad alimentaria absoluta (100%) no existe, aunque los riesgos se han minimizado muchísimo. Como en toda actividad humana, en la producción alimentaria de vez en cuando puede surgir algún problema, intencionado (por motivos económicos u otros) o accidental. En nuestro país, la legislación protege al ciudadano frente a estos riesgos mediante una normativa muy estricta. Y de la misma manera que en el resto de paises de la CE, en España se ha desarrollado un sistema de alerta alimentaria, coordinado por la AECOSAN, para que, una vez declarado y detectado un problema de seguridad alimentaria, se proceda de la manera más rápida para el control y la solución del mismo.