Gracias al blog de El comidista, del provocador Mikel Iturriaga, al que sigo con devoción y entusiasmo, he podido descubrir esta maravillosa joya que me gustaría que disfrutarais conmigo. Seguro que pasaréis un rato extraordinariamente divertido.
Hay que imaginarse los años 60, en un entorno de sol y sangría, y en cualquier población de la costa del Mediterráneo. Y dejarse llevar por la música y el baile al uso.
Muy poca ortodoxia del folklore mostrado y muy mala receta, con demasiado aceite (entre otras transgresiones culinarias…). Una indigesta paella. Pero resulta tan friki y brutalmente divertido…, hay que verlo. Olé!
Ver para creer. ¡Paella valenciana!