¿Promocionas la salud?

Hace pocos días asistí a un curso de promoción de la salud a través de la actividad física. Me explicaron, entre otras muchas cosas, que existe un tipo de ejercicio adecuado para ayudar a mejorar la salud en gran número de enfermedades. No solo me hablaron de prevención, sino de mejoría de los síntomas, incluso de curación. El curso lo organizaba el PAFES-PNPAF, de la Generalitat de Catalunya. Gran trabajo el de este organismo, promocionar la actividad física como parte indivisible de la atención sanitaria.

En dicho curso fui «abducido» por la personalidad arrolladora del Dr. Víctor Matsudo, asesor de la OMS en materia de actividad física y salud, e impulsor desde Sao Paolo (Brasil) de la iniciativa Agita Mundo, la semilla precursora del Día Internacional de la Actividad Física.

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El entusiasmo que transmitía Víctor al explicarnos con fundamentos absolutamente contrastados (datos y evidencias científicas) la lista de interminables ventajas que supone para el individuo y para la sociedad (no nos olvidemos que formamos parte de una comunidad) tanto la práctica regular de ejercicio físico como el hecho de llevar un estilo de vida activo, me dio pie a querer compartir esta experiencia.

Aunque dedicado profesionalmente a la dietética y la nutrición, siempre he sido un defensor de la sentencia de que el ser humano «está hecho para moverse», y que el estilo de vida sedentario no proporciona más que problemas de salud, tanto físicos como psicológicos. En este sentido, tenemos la gran suerte de que cada vez, desde el sistema de salud (tanto público como privado) se tiene más en cuenta esta premisa. Ya hemos llegado al punto de que no es suficiente con que el médico de familia aconseje a sus pacientes que se muevan, que rompan con el sedentarismo para controlar su colesterolemia, su glucemia, su depresión, su artrosis, sus dolores musculares, su sobrepeso u obesidad. O de intentar que sus pacientes trabajen activamente en la prevención de ciertos tipos de cáncer y de enfermedades cardiovasculares. Ahora ya se trata de prescribir ejercicio como si de un fármaco se tratara. Eso es bueno y barato.

La ventaja que tienen los fármacos es que es mucho más fácil de prescribir y de controlar su uso. ¿Con la actividad o el ejercicio físico hay que llegar a hacer lo mismo? ¿Se puede prescribir un estilo de vida activo? ¿Se puede decir a un paciente: trabaje la fuerza muscular para mejorar su salud cardiovasular durante media hora por la mañana, camine 30 minutos al 60% de su VO2max después de comer para controlar su glucemia y por la tarde haga 30 minutos de ejercicios específicos para trabajar su flexibilidad y coordinación? Haga ejercicios de pesas por la mañana, pasee después de comer y baile por la tarde. Evidentemente, sí se puede.  Primero hay que creérselo, después tener herramientas que ayuden a difundir los mensajes de la práctica de ejercicio físico y por último elementos de control para comprobar que se están haciendo bien las cosas y que los resultados son los esperados.

En el curso al que asistí me comentaban que es más difícil dejar un hábito insano que incorporar un habito saludable. Eso me hizo pensar en un tema muy preocupante. Soy de una generación en la que todos hemos jugado y nos hemos movido de forma más o menos intensa durante muchos años de la niñez, con práctica deportiva o sin ella. A nuestra generación nos será más fácil re-incorporar un estilo de vida activo, del que en muchos casos hemos ido desenganchándonos, que a la de nuestros hijos, que no han llegado a desarrollar totalmente el hábito de moverse.

En estos nuevos tiempos vemos que, aunque de una forma natural los niños pequeños se desarrollan y socializan en gran medida mediante el juego físico, cada vez se incorporan más tempranamente elementos de sedentarismo que acaparan su atención y, aún propiciando su desarrollo social e individual, descuidan su desarrollo más físico. Las nuevas tecnologías, que nos hacen evolucionar vertiginosamente en algunos temas, nos están haciendo involucionar en ciertos aspectos de nuestra salud.

Curiosamente, al día siguiente de hacer el curso de promoción, me llego a través del Blog ICS CatCentral un vídeo que se hablaba de ética y salud, centrado en como afrontar el hecho de que los padres se nieguen a vacunar a sus hijos. Después de leer el post y ver el video, me puse a pensar en que muchas de las decisiones que tomamos a lo largo del día dependen mayormente de la «moral» y de la «ética personal y profesional», dejando en segundo término los condicionantes de la «ética organizativa y cívica». En resumen, que nos preocupamos más del individuo que del bien común. Estamos en una sociedad en la que prevalecen los criterios individuales a los colectivos. Y eso no es del todo bueno para la salud pública.

«Tanto desde la consulta sanitaria como desde los diferentes organismos sociales hemos de explicar que es todo esto del bien común, mediante  una comunicación amable y pedagógica, creíble y respetuosa con la discrepancia. Nos hace falta mejorar las habilidades comunicativas y la capacidad de argumentar de forma seria y compleja, desde la evidencia científica. Hemos de saber explicar a los ciudadanos y ciudadanas por qué han de confiar en nosotros, los agentes promotores de la salud»

Llego a casa y me reciben mis hijos. Hay besos, abrazos y juegos. Les digo: hoy he aprendido lo que significa la ética y el bien común. Se me quedan mirando con cara extrañada. Al rato me piden la cena. Cuando ven que el menú es acelgas con patata y salmón a la papillote veo caras extrañas y oigo alguna protesta.

Acelgas con patatas

Espero a que estemos todos sentados alrededor de la mesa y cuando empezamos a cenar les explico que el papá hace deporte y come bien por ellos y por él. Que quiere vivir muchos años y vivirlos bien, para estar junto a ellos cuando sean mayores y poder seguirles cuando salgan a la montaña a hacer excursiones. Me miran y acto seguido me dicen: -sí papá pero, ¿el sábado haremos la excursión que nos prometiste con nuestros amigos y por la noche comeremos pizza mientras vemos vídeos de dibujos del youtube en el ordenador?- Les contesto: -¡sí, claro!- He hecho de padre y de promotor de la salud. Y todos contentos.

Cada uno de nosotros, fuera del contexto del ejercicio profesional, deberíamos actuar como promotores de la salud. Desde el convencimiento y con argumentaciones válidas. En el círculo familiar, de amigos, el centro de trabajo, etc…, Sin radicalizar posturas, creyendo profundamente en lo que queremos transmitir. Con pedagogía, flexibilidad, buenas argumentaciones y con el ejemplo (siempre que se pueda) como principal herramienta de trabajo. Paso a paso, sin prisa, pero sin pausa.

Unknown

Un Comentario

  1. Completamente de acuerdo. Tengo una empresa dedicada exclusivamente a la prescripción de ejercicio físico en personas con patologías y/o requerimientos específicos y tengo que decir que el ejercicio físico, integrado dentro de un equipo multidisciplinar junto al médico, nutricionista y coach resuelve o, como mínimo minimiza consecuencias de la gran mayoría de patologías. Felicidades por el blog y un saludo. Felipe Isidro. http://www.physicalexercisehealth.com

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    • alexperezcaballero

      Gracias Felipe Isidro. El dinamismo de la empresa privada es imprescindible para cubrir esta necesidad, cada vez más evidente. Saludos.

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  2. Francisco J. Robles

    Buenas tardes, me parece sensacional su reflexión la cual comparto igualmente.
    De hecho, este mismo fin de semana he estado en una jornada de Actividad Física y Salud organizada por el IAD y el CAMD en Granada, donde se ha tratado el mismo tema con diferentes profesionales de Cataluña como Carles Miñarro (coordinador médico de este plan). Aunque ya era muy partidario de todo ello, me traigo dos conclusiones esenciales: la actividad física controlada y bien prescrita debe tener la condición prácticamente de fármaco y es imprescindible el trabajo con un equipo multidisciplinar que incluya médicos deportivos, fisioterapeutas, técnicos deportivos, psicologos, etc, donde todos dejemos los egos a un lado y se trabaje por el bien del paciente.
    Espero que no le importe que comparta en facebook y twitter.
    Un saludo.

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    • alexperezcaballero

      Francisco J., tenemos mucho trabajo por delante. Ya veo que en todos los lugares de España tenemos la misma sensibilidad. Hay que abrir la mente y dar un salto adelante. Es el momento. Saludos.

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  3. Elena Cortés

    Molt interessant, Alex, i molt ben escrit. Són coses que cal anar recordant de tant en tant per no oblidar d’aplicar-les.

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